En un escenario donde el acceso a la vivienda propia se ha vuelto más complejo, especialmente para quienes están comenzando a construir su patrimonio, ha surgido con fuerza una tendencia que mezcla amor, confianza y visión financiera: la inversión en pareja.
Hoy en día, no es necesario estar casados para comprar una propiedad juntos. Cada vez más personas —parejas convivientes, amigos cercanos e incluso familiares— están optando por complementar ingresos para acceder a mejores condiciones de financiamiento y adquirir una segunda propiedad con fines de inversión.
Esta alternativa abre un abanico de oportunidades: permite ampliar el rango de opciones, ingresar al mercado inmobiliario con mayor facilidad y proyectar una rentabilidad a largo plazo.
Un ejemplo común entre nuestros clientes es vivir en arriendo en ciudades como Santiago, mientras se invierte en conjunto en zonas de alta plusvalía, como Temuco o Pucón. ¿Por qué estas ciudades? Temuco mantiene una alta demanda de arriendo permanente, gracias a su población estudiantil y su rol como capital regional. Por otro lado, Pucón destaca por su atractivo turístico todo el año, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan ingresos por arriendo temporal o vacacional.
Además, la ley permite comprar en conjunto sin estar casados, e incluso existen beneficios adicionales si la pareja tiene un hijo en común. Esto facilita el ingreso a la inversión inmobiliaria, eliminando la necesidad de esperar años para reunir el capital por cuenta propia.
En resumen, invertir en pareja no es solo una decisión sentimental, sino una estrategia inteligente para construir patrimonio, generar ingresos y proyectar un futuro compartido con bases sólidas. Si estás pensando en dar este paso, hoy es un excelente momento para hacerlo juntos.